lunes, 22 de febrero de 2010

Mejillones en gelée de agua

A petición de una buena amiga bloguera y cocinera, explico hoy esta receta. Inspirada en un recetario que me pasaron de un curso de tapas (que yo no pude hacer), hice los cambios que me pareció oportuno y aquí está el resultado (sin foto, lo siento)

Ingredientes:

- mejillones (o clóchinas, como les llamamos por aquí), en cantidad adecuada al número de comensales;
- pimentón dulce;
- pimienta molida o en grano (depende del gusto o de lo que tengas en casa);
- 2 dientes de ajo;
- un trozo de limón
- 2/3 láminas de gelatina (las que suelo gastar yo son marca Vahiné o Mandarín)

Limpiamos y lavamos bien las clóchinas, cortando las barbas y rascándolas bien, si se desea con un cepillo de esos de cocina, y las metemos en una cazuela, sin secarlas.
Añadimos el pimentón, la pimienta, los ajos enteros sin la piel, el limón (o aquellas cosas que les suelas poner)
Tapamos y ponemos al fuego durante unos minutos, de modo que se abran al vapor.
Sacamos y dejamos templar o enfriar
Desechamos las cáscaras y ponemos la carne del mejillón en un recipiente no muy hondo (dos platos soperos me sirvieron), de modo que no se toquen entre sí
El caldillo que ha quedado en la cazuela se filtra para eliminar restos de pimienta, impurezas, etc.
Ponemos a remojar las láminas de gelatina en agua fría durante unos 5 minutos
Templamos el caldo (si es necesario), deshechando una parte si nos parece demasiado, y le añadimos la gelatina, disolviéndola bien
Vertemos en los platos donde hemos puesto los mejillones con cuidado de que no se desplacen mucho
Metemos a la nevera hasta que gelatinice
A la hora de servir, cortar la gelatina con un cuchillo o borde de otro cubierto alrededor de cada uno de los mejillones (aprox. 1 cm. por cada lado) y poner en un plato llano sobre una cama de tomate natural rallado y sazonado con un poco de sal y aceite de oliva (aunque ésta es sólo una sugerencia de tantas).

Y ya está. A servir y a comer. Una tapa rica, rica. La verdad es que a mucha gente de la que conozco le gustan los mejillones, pero el caldillo que queda al cocerlos les apetece mucho. Sin embargo, nos solemos cortar bastante en reunión y hacemos tímidas intentonas de probarlo. Esta es una solución para que podamos disfrutar, con otra textura y otra temperatura, del sabor de ese caldillo.

Mañana seguiré con las "galletas de queso con textura de chicle" (ya veis que me gusta poner nombres rimbombantes a los platos; algún día explicaré el porqué)

4 comentarios:

  1. me parece muy curiosa esta receta, la próxima vez que la hagas, podrás subir una fotografía???

    Gracias, Paula
    http://conlaszarpasenlamasa.cultura-libre.net

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  2. Gracias!!!
    Me ha encantado, esto si que es una receta para sorprender!!
    Apuntada.
    Un beso

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  3. Gracias por vuestros comentarios. Intentaré ir metiendo fotos pero me cuesta mucho, y cuando estoy con las manos en la masa, es difícil esperar (y hacer esperar) un minuto antes de comer, Paula. Además, esta receta la hice hace 2 semanas casi.
    Anita, me alegro de que te guste. Ya me contarás cómo te sale.
    Besetes a las dos

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  4. JAJAJa! llego tarde a los mejillones , a la receta y al besete!!! muy original Julius, desde luego tu fiel a tu lema cocinar es pensar...., nos haces pensar mucho en el aspecto que tendran esas recetas, jajajaja. Y ahora ademas nos dejas con la intriga de los nombres también originales!! bueno, me preparo para las galletas con textura de chicle. Un besote y gracias

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